viernes, 22 de junio de 2012

 

¿Cómo es el gato casero?

Quienes tienen un gato en casa, habrán comprobado  que son animales muy cariñosos y sociables, que tienen un sexto sentido y que saben exactamente lo que les pasa a sus dueños.
Los gatos, lejos de ser un animal diabólico y malvado, como desde hace tiempo se viene pensando, es un ser muy afectivo, limpio y que sólo saca las uñas en situaciones de riesgo o ante quien no le gusta. Saben en quien pueden y en quien no pueden confiar, ven más allá de lo que vemos las personas y nos avisan en cierto modo, de quien debemos fiarnos.
Le gusta sentirse el dueño del hogar y sabe perfectamente el comportamiento y monotonía del dueño: la hora en la que se levanta, desayuna, se va o viene. Espera ansioso la llegada de éste y lo recibe con cordiales saludos y haciendo diversas payasadas para alegrarle la vuelta a casa tras probablemente un duro día de trabajo.
No se dejan manipular con cualquier tontería, a diferencia de los perros, que se someten al dueño. Al gato hay que saber entender lo que quiere y cuándo, con su idioma particular. Los gatos son muy independientes, se valen por sí mismos. No hace falta sacarlos a pasear ni bañarlos, porque ellos mismos se asean constantemente y hacen sus necesidades en el lugar apropiado. Nunca encontrarás un gato doméstico sucio o que huela mal, ya que a parte de asearse mil veces al día, les gusta ponerse en lugares que huelen bien, por ejemplo, en la colada recién hecha, encima de alguien que huele bien, en una mantita...
A veces les gusta tomar un poquito de leche, eso sí, sin azúcar, ya que los gatos no distinguen el sabor dulce en sus papilas.
Tu gato siempre te dará mimos cuando estés enfermo o triste, sin necesidad de llamarlo, porque ellos intuyen el estado de ánimo de las personas. Además sirven de manta en invierno, les gusta ponerse en las piernas del dueño para estar ellos y tú calentitos.

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